Ducha en vez de baño, cierre del grifo mientras te lavas los dientes o te enjabonas, no usar el inodoro a modo de papelera, reparar pequeñas fugas, usar los electrodomésticos a carga completa y un uso moderado del riego son solo algunos consejos básicos para evitar sustos en la factura y contribuir a la deseada sostenibilidad.
La concienciación del uso que hacemos del agua es una de las premisas fundamentales para contribuir al que es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU más importantes: garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos los individuos.
El valor de tener acceso inmediato al agua y saneamiento en el hogar implica, entre otras cosas, poder bañarse en una piscina, en un río limpio o en las playas privilegiadas que rodean nuestras costas. Aun así, por mucho que forme parte de nuestra normalidad, hay que ser conscientes de lo afortunados que somos en relación al este “oro líquido”, fuente creciente de desigualdades y conflictos.
Para muchos de nosotros no resulta fácil de percibir, porque recibimos sin muchos detalles la factura del agua cada dos meses y nos limitamos a pagarla sin demasiado análisis. Pero el Gobierno, consciente del despilfarro del agua que realizamos y sus consecuencias, anunció a principios de enero un ambicioso proyecto para la Digitalización de los Usos del Agua que, bajo el paraguas del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia, movilizará 2.855 millones de euros para la aplicación de nuevas tecnologías que favorezcan un uso predictivo y permitan atajar problemas como fugas o averías en los sistemas de suministro.
El 80% del coste de la digitalización de los usos del agua se cubrirá con fondos europeos y, según han anunciado las compañías de agua, el otro 20% no va a repercutir en las tarifas que pagan los consumidores, cada mes.
Gracias a esta iniciativa, los clientes van a tener mucha más información, y más transparente, de sus consumos, lo que abre la puerta al ahorro y a identificar fugas o anomalías en sus viviendas.
Así mismo, los contadores individuales digitales permitirán sensibilizar mejor al ciudadano, que podrá tener información sobre su consumo en tiempo real por internet, lo que facilitará no solo decisiones de ahorro, sino también algo tan importante como la detección de fugas o averías que desperdician millones de litros.
En ista, llevamos más de una década trabajando en soluciones inteligentes de consumo. Hemos realizado diversos estudios en edificios en los que habíamos instalado previamente contadores domaqua® e istameter® que revelan un amplio margen de ahorro de costes.
Además, en octubre de 2020 entró en vigor una nueva orden de control meteorológico que obligará a cambiar en España los contadores de agua de más de doce años, para facilitar el control del gasto con ahorros previstos del orden del 15% en la factura anual. Esta ley es de obligado cumplimiento y las comunidades de vecinos deben renovar sus contadores antes del 30 de octubre del 2026.