Cómo nos afecta la subida de la luz (y qué podemos hacer…)

¿Por qué sube la luz? Así se fija el precio de la electricidad

El precio de la electricidad lo determina el mercado mayorista, que marca el importe que pagan las comercializadoras —las empresas que venden electricidad y a las que se les paga la factura, como Endesa o Iberdrola— a las compañías que generan la electricidad. El precio se establece mediante una subasta ciega que se hace el mismo día, en el que las productoras establecen un precio por la energía que ofertan y las comercializadoras lanzan otra oferta sobre esta misma energía. El OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía) casa ambas y el resultante es un importe que se fija en franjas horarias para las 24 horas del día siguiente. En un año, el incremento ha sido de cerca del 300%.

¿Y por qué está subiendo tanto el Mwh? Este incremento está causado, entre otras cosas, por la fuerte inflación del gas natural en los mercados internacionales y el incremento de las emisiones de CO2, por cuyos derechos de emisión deben pagar las empresas.

¿Qué se ha hecho para controlarlo?

Desde el ámbito estatal se han puesto en marcha dos medidas:

1. Con precios permanentemente al alza, el Gobierno aprobó una bajada temporal del IVA en la factura de la luz, de hasta el 10%, lo que abarató algo los costes, aunque el precio siguió subiendo.
2. La otra medida fue la interrupción del impuesto a la generación eléctrica, una carga del 7% que pagan las compañías, y que tampoco ha sido permanente.

Y nosotros, ¿cómo podemos controlar la factura de la luz?

Empecemos poniendo encima de la mesa algo que la mayoría ya sabemos: tenemos 3 franjas horarias con tres costes distintos, punta, llana y valle.

El establecimiento de estas franjas implica un cambio en nuestros hábitos de consumo, potenciando la actividad en horario nocturno o de fin de semana. Una situación algo confusa, que ha llevado a algunas familias a levantarse de madrugada para planchar, cocinar o poner la lavadora.

No hace falta llegar a esos extremos, pero sí es necesario priorizar ciertas actividades, modificar nuestros hábitos y programar con cierta antelación –por ejemplo, poner la lavadora el sábado o cocinar para toda la semana durante el domingo–.

Junto a este cambio en el modo de consumir energía, también podemos poner en marcha algunas acciones para ahorrar

• 1) Prepara tu casa para el invierno: revisa ventanas y puertas, sella posibles fugas de calor y coloca cortinas y alfombras. También es aconsejable que compruebes el estado de tu caldera y radiadores antes de la llegada del frío, y si tu comunidad de vecinos cuenta con calefacción central, apuesta por los repartidores de costes de calefacción. Con su instalación podrás ahorrar hasta 210€/año en la factura de la calefacción.
• 2) Controla el gasto energético. Apaga los dispositivos en stand by, responsables de un 5% del consumo en la vivienda; apuesta por electrodomésticos más eficientes, y trata de aprovechar al máximo las horas de luz natural.
• 3) Apuesta por la movilidad sostenible: caminar, bicicleta o vehículo eléctrico. Puede sonar “raro” en este contexto de escalada de los precios de la luz, pero recargar un vehículo eléctrico sigue siendo mucho más económico que llenar el depósito de gasolina (cuyo precio también se ha disparado).

Estas son alguna pequeñas acciones que podemos poner en práctica para abaratar nuestras facturas y pasar el invierno de una forma más confortable. ¿Se te ocurre alguna más?