Llega el encendido de las calderas, ¿cómo controlar el precio de la calefacción central?

Desde el Gobierno y las Comunidades Autónomas se han puesto en marcha diferentes medidas y recomendaciones destinadas a rebajar la factura energética, como una reducción del IVA desde el 21% hasta el 5% para los suministros del gas (hasta diciembre), o la limitación de la temperatura a 21º en los hogares (19º en horario nocturno), además de programas para la revisión y sustitución de las calderas (Plan Renove y Programas de Rehabilitación Energética de Edificios).

Pero quizá la medida más esperada, y posiblemente la que más se perciba en el bolsillo de las comunidades de vecinos a corto plazo, es la posibilidad de acogerse a la Tarifa de Último Recurso, TUR 4, que contempla una potencial reducción del 50% de la factura energética, según el Gobierno. Sin embargo, este condiciona su aplicación a que estén instalados los contadores o repartidores de costes calefacción antes del 30 de septiembre de 2023. Y a día de hoy, tan solo un 25% de los 1,7 millones de hogares con calefacción central han realizado el cambio.

Por lo tanto, cabe afirmar que una de las medidas más eficaces que una comunidad de propietarios puede asumir para reducir su factura energética es abordar de manera urgente la instalación de repartidores de costes de calefacción. Además de la rebaja económica lograda por el cambio de tarifa a la TUR 4, una vivienda donde estén instalados estos dispositivos podrá ahorrar, de media, cerca de un 30% de su factura de energía al año. El secreto está en un mayor conocimiento del consumo de calefacción en la vivienda, que permitirá tomar decisiones que faciliten este ahorro.

¿Qué otras medidas pueden adoptar las comunidades de propietarios?

Junto a esta acción, existen otras soluciones que se pueden llevar a cabo y que contribuirán a una optimización del consumo de energía y una reducción de la factura anual.

• La instalación de dispositivos de gestión inteligentes, que faciliten el ahorro de energía, como SOPHIA, con el que se pueden lograr ahorros de hasta un 30% en el consumo de combustible comunitario, ya sea éste gasoil, gas natural, o cualquier otro.
• La revisión, reparación y puesta a punto de los equipos, que se lleva a cabo de manera tradicional en verano, cuando la sala de calderas está apagada, y que permite optimizar el funcionamiento de la calefacción.
• La instalación de válvulas termostáticas en las calefacciones, que permitan mantener una temperatura constante de entre 19º (por la noche) y 21º (por la mañana). La instalación de estos dispositivos debe realizarse antes del llenado del circuito de calefacción, durante el periodo estival.
• La sustitución y renovación de las salas de calderas, con la compra de equipos más eficientes, que mejoren su rendimiento y reduzcan su consumo de energía.
• Y, por supuesto, abordar la renovación de los edificios, prestando atención a la fachada, la cubierta y los cerramientos como las ventanas, por donde se puede llegar a escapar entre un 25% y un 30% de la energía de la vivienda.